Bases para una alimentación sana y sustentable con el programa metabólico Metabolic Balance.
Saber másEl programa metabólico Metabolic Balance se basa en cuatro fases, la duración de cada fase depende de la meta que te hayas puesto y, la fase de conversión estricta (fase2) es la que más se ajusta a tus necesidades específicas.
Metabolic Balance está convencido que una alimentación adecuada tiene que ser tan natural y original como sea posible. Mientras más procesada esté la comida y más aditivos contenga, más alta es la probabilidad que estos estresen nuestro organismo. Por eso, Metabolic Balance siempre aconseja usar alimentos en su estado natural –de ser posible, productos frescos y locales.
El desayuno queda como desayuno
Esta es la regla más importante. Los desayunos sólo pueden ser intercambiados con otros desayunos, por ejemplo, si alguien, según su plan, puede comer huevos, pero no están previstos en el desayuno, no puede usarlos para el desayuno.
Existe la sospecha de que el huevo aumenta la tendencia a inflamaciones si se ingieren a la hora del desayuno. En cambio, no se ha demostrado que tengan esa influencia si se comen más tarde durante el día.
Las demás comidas pueden ser intercambiadas, siempre y cuando se haga un ajuste en las cantidades. A la hora de la comida son 10 g menos de proteína que durante la cena, quien tiene 75 g de tofu en su plan y prefiere pasarlo a la cena, come 75+10 = 85 g tofu. Una porción de carne de 130 g, prevista para la cena, se reduce 130-10 = 120 g para la comida.
Esta información está en tu plan. Las cantidades indicadas se refieren a las rebanadas, una rebanada de plan de centeno integral debería pesar 25 g; una tostada crujiente de centeno integral debería ser de 10-15 g. Las cantidades de pan de centeno integral que se indican en tu plan son opcionales, no tienen que ser utilizadas en su totalidad, pero en ningún caso pueden ser excedidas.
¡Es importante que encuentres pan de centeno integral, sin levadura!
Desgraciadamente se le puede añadir hasta 10% de harina de trigo al pan de centeno sin que se tenga que mencionar. Pero el pan tiene que ser 100% de centeno, fíjate bien cuando compres tu pan, cuáles son los ingredientes e investiga bien qué tipo de harinas contiene.
La masa madre es básicamente harina fermentada que sirve de levadura natural. Hacer pan con masa madre requiere de cierta habilidad, experiencia y tiempo; esto ha llevado a que hoy en día casi no se use para la elaboración del pan y, la mayoría de las veces sólo se usa para complementar panes que han sido elaborados con levadura comercial.
Cuando se le adiciona levadura comercial, los procesos se aceleran dando como resultado un pan de menor calidad y de difícil digestión.
Con el pan de centeno nuestro metabolismo necesita mucho tiempo para poder obtener fructuosa del almidón. Por lo mismo, el nivel de insulina se eleva muy despacio y no causa picos, como sucede con los “hidratos de carbono simples”, que crean picos para después bajar repentinamente y causar hambre. Estos picos estimulan el metabolismo de azúcares y el metabolismo de grasas se bloquea.
El pan de centeno nos mantiene satisfechos por más tiempo que otros panes y contiene más fibra.
Los números definen a la cantidad de cáscara y capas externas del grano que se conservaron en la harina, mientras más alto sea el número, más oscura la harina y mayor la proporción de cáscaras y capas externas. Hay harinas tipo 1800, 1370, 1150, 997 y 815; para comparar: la harina blanca casera tiene tipo 405, aunque en México no contamos con esta clasificación.
Si tienes frutas secas en tu plan, las puedes intercambiar por fruta fresca: 45 g de frutos secos equivalen a 120 g de fruta fresca. Pero en sentido contrario no está permitido y como regla general, apégate a la lista de frutas que tengas en tu plan.
Las lechugas y las verduras pueden ser intercambiadas y combinadas.
Durante la fase de conversión estricta, es muy importante que te apegues a las variedades de lechugas y verduras que han sido seleccionadas para ti específicamente. No se recomienda comer papas, que por cierto NO son verduras.
Los productos enlistados en los grupos de soya 1 y 3 pueden ser consumidos el mismo día, pero no durante la misma comida, porque presentan espectros de aminoácidos diferentes.
La soya se divide en los siguientes grupos:
Son dos grupos diferentes de proteínas, es decir, el mismo día puedes comer pescado en una comida y mariscos en otra.
Pero la regla básica de no mezclar proteínas durante una comida sigue en pie, las cantidades de pescado y mariscos son idénticas.
Durante la fase I (limpieza) y los siguientes 14 días de la fase II (conversión estricta), no se permite usar aceites; una vez terminado este periodo, hasta se vuelven necesarios.
Quien nunca se ha interesado en aceites, va a descubrir un nuevo mundo. Cada aceite tiene sus propias cualidades y casi todas tienen que ver directamente con sensaciones de sabor.
El mínimo son 3 cucharadas soperas al día, pero ¡experimenta!, muchos clientes consumen más y se sienten muy bien.
Nuestra recomendación es de 1 a 3 cucharadas soperas de aceite de linaza al día, el aceite de linaza contiene ácidos grasos Omega-3 y según los últimos descubrimientos es el héroe en prevención de diabetes y Alzheimer, no obstante, todavía no existen investigaciones a largo plazo.
Te aconsejamos que nunca calientes aceites de extracción en frío ya que pierden el sabor y sus nutrientes. Para freír recomendamos que uses aceite de coco extra virgen o mantequilla clarificada (Ghee), ya que ambos son muy resistentes al calor y por eso ideales para freír.
A quien hasta ahora ha usado aceite sólo como aderezo para ensalada o para freír, le espera un nuevo mundo de sabores. Muchos de nuestros clientes usan aceites para sazonar, algunos de ellos empiezan desde la mañana con una cucharadita de aceite de nuez en su yogur y otros le agregan un poco de aceite de chile al pescado frito. Prueba y descubre qué es lo que más te gusta.
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Ten mucho cuidado con el origen de los aceites que consumes, idealmente busca aquellos que provengan de una agricultura dinámica u orgánica. Muchas sustancias tóxicas son liposolubles y así entran en nuestro cuerpo, esto cuenta especialmente para los tóxicos presentes en los empaques de plástico.
Fíjate también que tu aceite no haya sido purificado químicamente
Cuando el aceite queda expuesto al aire y a la luz, pierde calidad y sabor, por eso un productor que ambiciona buena calidad va a trabajar con sistemas cerrados. Por ejemplo, ese aceite que compraste durante tus vacaciones en el viejo molino con la prensa a la vista no necesariamente es el producto ideal.
Por el otro lado, existen productores pequeños que llevan sus cosechas con prensadores de aceite cerrados altamente profesionales y obtienen un aceite de una calidad extraordinaria. El tamaño del productor no nos da una idea de la calidad de sus productos, más bien, fíjate en el empaque del aceite: debería ser hermético al aire y a la luz.
Los aceites grasos Omega-3 y Omega-6 tienen funciones vitales en muchos procesos metabólicos y se influencian mutuamente. Son la base en la formación de hormonas esenciales en ciertos procesos metabólicos, como por ejemplo en la coagulación sanguínea, en procesos inflamatorios o renovación celular, una falta de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 puede ocasionar problemas de crecimiento, trastornos de la piel y propensión a infecciones.
Nuestro organismo no es capaz de producir estos ácidos grasos por sí mismo, por lo que es necesario recibirlos a través de la alimentación.
Los ácidos grasos Omega-3 (EPA y DHA) se encuentran sobre todo en pescados grasos como atún, macarela, salmón o arenques. Pero, por ejemplo, si no te gusta el pescado puedes optar por alternativas vegetales, tales como aceite de linaza, aceite de camelina, aceite de cáñamo, aceite de nuez o de colza. El aceite de linaza con su contenido de 50% de grasa alpha linoleica es una de las fuentes más ricas de este ácido graso tan importante.
El ácido linoleico y el ácido araquidónico, entre otros pertenecen a los ácidos grasos Omega-6 y, sobre todo, el ácido linoleico lo encontramos en el aceite de semillas de girasol, de cártamo, de maíz y de germen de trigo.
Ajo, jengibre y hierbas frescas pueden ser usados en cantidades razonables para sazonar, aunque no estén especificados en el plan.
Eso no aplica a la cebolla, que cuenta como verdura y sólo puede ser ingerida si está en tu lista; lo mismo se aplica para los limones, sólo puedes comer limón si está en tu lista de frutas, pero en caso de que no, puedes usar cáscara de limón en cantidades pequeñas, sólo asegúrate que los limones no hayan sido tratados con pesticidas.
En lo que se refiere al café, es tú decisión si quieres tomarlo, muchos clientes deciden suspenderlo bajo la excusa de un cambio total de nutrición y acaban por dejarlo. Cierto es que a raíz de su cultivo y sus ingredientes hay mucha discusión sobre los efectos que tiene en el cuerpo.
Si decides tomar café, tómalo durante y justo después de las comidas, no entre ellas.
No se vale incluir la cantidad de café que tomes en la cantidad de agua que te recomendamos, asimismo, el café debe ser negro, sin leche ni azúcar.
Para muchos clientes es un paso difícil al principio, pero casi todos se acostumbran rápidamente y ya no pueden regresar al café con leche.
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