La manzana pertenece a las variedades frutales y salvajes más antiguas, gracias a la tradición oral sabemos que los antiguos egipcios, griegos y romanos valoraban la manzana y se la daban a sus muertos para que los acompañaran en su último viaje; sin embargo, su diversidad biológica está padeciendo.
Por más sanos y deliciosos que sean los diferentes tipos de manzanas, para las personas con alergias pueden ser un verdadero peligro. Sensaciones de hormigueo y comezón en la lengua son los primeros síntomas de una reacción alérgica que no pocas veces conlleva dificultades para respirar, la razón de esto es una baja concentración de polifenoles en la manzana, los polifenoles son sustancias vegetales secundarias que se alían con las proteínas de la manzana que ocasionan alergia; en el organismo actúan de manera muy parecida, interceptan los radicales libres y actúan como antioxidantes.
Las variedades tradicionales de manzanas contienen considerablemente más polifenoles que las variedades modernas, esto se debe a que estas sustancias vegetales secundarias le dan ese sabor ácido y ocasionan que, una vez expuestas al aire después de morderlas, las manzanas se pongan cafés y poco apetecibles. Dos características poco populares que, junto con los polifenoles, han sido modificadas en el cultivo de nuevas especies, pero la belleza tiene su precio: las nuevas variedades de manzanas son más bonitas y dulces pero ocasionan alergias significativamente más rápido y provocan que el número de alérgicos aumente notablemente.
La mayor parte de las proteínas se encuentran debajo de la cáscara y se modifican con calentamiento, por eso hace sentido que los alérgicos pelen las manzanas y las cuezan; un puré de manzana está prácticamente libre de alérgenos.
Las nuevas variedades de manzanas que deberían de ser evitadas son:
Además de vitaminas importantes y polifenoles, las variedades antiguas contienen más fibras alimenticias como celulosa o pectina. Durante el proceso de digestión, estas fibras son capaces de adherirse a metales pesados, colesterol y otros productos de deshecho, y así estos pueden ser excretados. Otra ventaja que tienen las variedades tradicionales es que contienen más vitamina C que las modernas; y si por encima prefieres manzanas locales, solamente por eso contienen mayor cantidad de vitamina C que las variedades importadas, ya que no tuvieron que ser transportadas de tan lejos.
Dentro de las variedades tradicionales tenemos, por ejemplo:
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